Sin pelos en las teclas: Soy un ensayista de la realidad política, un periodista sin pelos en las teclas, luchador de mil batallas. Hago política, con el certero objeto, que otro no la venga hacer por mí, sino, la hagamos todos juntos. Defiendo la democracia participativa y entiendo como republicano convencido que soy, que solo se da la democracia real en la República. Así mismo, creo en la autodeterminación de los pueblos y a mi no me importa que los demás, se salgan con la mía.

sábado, 6 de enero de 2018

Para ti; hija


Hilda Urgoiti Farrais


A menudo escribimos de los demás, con mucha más soltura que cuando tenemos que hacerlo o; sobre nosotros o; sobre los seres próximos y más aun, cuando el ser, es una hija, en la que te has recreado y esmerado, para que sea ella, no buscando ser imitado y menos que copie de uno, solo buscando que su desarrollo le lleve a vivir en plenitud su vida y su hacer diario. Si así, no lo hemos hecho, nos habremos equivocado, pues soy conciente que de lo contrario influiríamos en una vida, aunque el mero hecho de la cercanía, va imprimiendo carácter de los unos a los otros, pero son necesarios, pues siempre se necesita de la ayuda del mayor mientras uno no se puede mover por sus propios medios…
 Lo cierto es que cada vida es de cada uno y que ninguna es nuestra, salvo la de cada uno de nosotros. Pero dejando a un lado ese término de pertenencia y, que lo he querido utilizar, para afirmar la independencia de cada ser, por el mero hecho de “ser.” Concebir el amor, es algo difícil a la hora de manifestarlo y más aun, de que se pueda entender plano e igual, en cada uno, como seres diferentes, sentimos diferente y de ahí, que cada manifestación se presente de diferente forma, aunque a cada uno, se nos muestre, como el mejor de los regalos y le concibamos lo más maravillosos que nos da la vida. Una mezcla entre instinto, esencia, mente y corazón, que hacen que cuando te miro a los ojos, lo único que quiero y me exijo, es protegerte y darte lo mejor que puedo dar.
Al llegar a nuestra vida, a la de tu madre y a la mía, todo dio un verdadero vuelco, todo cambió. Disfrutarte cerca, ha sido la recompensa mayor que la vida me ha dado. No hay un instante del día, en que no piense en ti, en que te extrañe, en que dé gracias al universo por tener la posibilidad de decir que ser tu padre, me ha llenado de entidades buenas. Contigo he vivido en una montaña rusa de emociones, que me ha hecho sentir amor hacia ti, en cada instante desde el nacimiento, obviamente olvidando los enfados, que haberlos, los ha habido, pero siempre fugaces y pasajeros...
Me gustaría poder colmarte de todo lo bueno de este mundo, pero me temo que juntos, mientras podamos vamos a tener que ir separando lo que es bueno y lo que es malo y al mismo tiempo, ir aprendiendo a distinguir lo uno de lo otro, la clasificación que hoy hay, no es lo suficientemente correcta, para darla por valida, así que nos queda mucho trabajo que hacer. Sé que la vida, más por viejo que por cualquier otra cosa, está llena de avatares, alteraciones, sin sabores… Vamos que no todo es un camino de rosas. A los que yo no podré preservarte, pero tienes que saber, que al final del día, todo estará bien. No debes olvidar que las lágrimas, también, son parte del devenir que tienes que vivir para seguir creciendo, fortaleciéndote y ayudándote a tu vivir diario.
Si algo me preocupa es saber que no siempre podré estar a tu lado, para servirte de ayuda y levantarte cuando te des un traspié, pero también se y ello me da seguridad, que siempre estas ahí; para tu, igualmente ayudarme a mi. Cuando te rías tan fuerte que tu carcajada se sienta al otro lado del mundo, recuerda que yo te voy a estar oyendo.
Te queremos tanto tu madre, como yo, que queremos, que sepas que puedes contar con nosotros, pues ser padres, entiendo que es algo que se adquiere al nacer el hijo y acaba al acabar la vida… Y además no hay mayor dicha en mi vida, que hacerte saber, que aquí estamos, también y mucho para ti, para quererte, para poner nuestro hombro cuando quieras llorar, para darte un abrazo y para tratar de aconsejarte, si así lo deseas, pues nada se ha de imponer, tu eres libre y como tal has de actuar.
Te quiero tanto que de solo pensarlo me emociono. A veces no sé cómo contener tanto amor. Experimentar la sensación de poder dar hasta la vida por otra persona es algo magnánimo, y me regalaste poder sentirlo por ti. Solo espero haberte criado bien y pensar que lo darás todo por seguir tus ideales, por contribuir en este vida que te ha visto crecer. A saber agradecer con humildad las cosas buenas que te pasan, a mantenerte siempre creativa, a tratar de alcanzar todos tus objetivos, a pensar siempre en que existe otras personas a las que le afectan, tus acciones y a superar con fuerza las adversidades.
Te voy hacer un ruego y es que con los años, te vayas llenando de paciencia, pues aparte de las manías propias de cada uno. Los viejos, aparte de los achaques, no volvemos majaderos, repetitivos y por que no decirlo pesados, pero es la única condición palpable que has llegado a la autentica mayoría de edad. Este último punto y aparte, soy conciente que no hacia falta, ni decirlo, ni recordarlo, pues de siempre, incluso de pequeña has vivido preocupada, por si algo nos pasaba. Sabes que te queremos infinitamente y vive con la recomendación que te imponemos, casi como una exigencia y que queremos, que cumplas a rajatabla; tan solo siendo feliz, pues la vida corre y no para, solo hay que vivirla, con la mayor de las solidaridades que tus circunstancias te lo permitan, es bueno dar sin esperar nada por ello.
Sabes que te queremos y aquí estamos, el mayor de los besos…

Cecilio Urgoiti