Sin pelos en las teclas: Soy un ensayista de la realidad política, un periodista sin pelos en las teclas, luchador de mil batallas. Hago política, con el certero objeto, que otro no la venga hacer por mí, sino, la hagamos todos juntos. Defiendo la democracia participativa y entiendo como republicano convencido que soy, que solo se da la democracia real en la República. Así mismo, creo en la autodeterminación de los pueblos y a mi no me importa que los demás, se salgan con la mía.

lunes, 14 de enero de 2019


A la luz de la Luna


Es una crítica al mal trato que hacemos del planeta, que nos alberga y atalanta, sin él, hoy no seriamos nada… Cuídalo y piensa que detrás vienen otros iguales a nosotros y con los mismos derechos de heredad. 

Aquella era una fría noche, ya desde la tarde se sabía por la oscuridad, la intensidad y la espesura de las nubes. Era un día sin Sol a la vista, él allí estaba… Por tanto, no se iban a poder ver las estrellas o  al menos en las primeras horas de la noche, hete ahí, que el cielo concluyentemente estaba negro. Pero, como si un soplo de viento incidiera sobre las nubes, se abrió un espacio, que dejaba ver solo la luz de la Luna y esta, en aquel momento, nos iluminaba la noche. Con ese panorama o telón de fondo, alguien, ni viejo, ni joven, sino todo lo contrario, se recreaba al tomar el fresco y pensaba para sus adentros, mirando la redondez del satélite y tratando de buscar imaginarios dibujos en las sombras que traslucía la silueta de la Luna. Diciéndose mentalmente:
En la Tierra los habitantes, con los constantes movimientos de rotación y de traslación, se ven más acuciados por su propia muerte y un incierto “Más allá” que dar solución a la propia vida, teniendo claro que el resto es humo que venden los cantamañanas, ora; en la iglesia, la que sea, ora; el gobierno, el que sea... Y es que aun con ese peso, pensaba que su tristeza era atroz. No tenían donde llorar a sus muertos y eran muchos y si no los había matado la Tierra… ¿Quién lo había hecho?
También le abordaba que las guerras, por pura codicia, la naturaleza embravecida por huracanes y tormentas, las enfermedades provocadas por ensayos y pruebas de inventos para explotar la Tierra y el egoísmo de la clase dominante, con sus “crisis” inventadas, estaban mermando los pocos seres que habitaban el planeta. El planeta Tierra donde cada vez, ese egoísmo lo convertía en un vertedero de estiércol y solo unos rincones privilegiados, fuera del alcance de la vista del pueblo, era un oasis inalcanzable para la sociedad viviente vulgar. Aquel hombre no tenían donde llorar a sus muertos y eran muchos y si no los había matado la Tierra… ¿Quién lo había hecho?
Tras volver a llorar, por lo pensado y mirar de nuevo a la apertura del cielo, que iba caminando con la Luna oyó a una niña que lloraba con desconsuelo, porque en el desbastador tsunami, había sucumbido toda su familia, pero esos, que llamaban  autoridades, solo contaban los daños materiales, los vehículos oficiales, los desaparecidos por cientos, se contarían más tarde, si es que se hacia y nadie sin deparar en aquella pequeña, que de un momento para otro, se había visto sola y sin una mano amiga que le ayudara a salir del fango, que se había encallado. Se que tiempo después, alguien la intento rescatar y pidió ayuda, pero solo llegaron los reporteros y sus cámaras y allí inmóviles estaban entretenidos con el ruido de el caminar de los motores que les suministraban electricidad… pero la ayuda no llegó y la criatura sucumbió y fue portada mundial de la mayoría de los Medios de Comunicación. La niña y  aquel hombre no tenían donde llorar a sus muertos y eran muchos y si no los había matado la Tierra… ¿Quién lo había hecho? Claro que lo mismo le ocurrió a otra niña quemada con una “bomba de NAPALM” ocurrido en Vietnam, durante aquella guerra de interés yanqui.   

Para hacer este cuento critico, he ido tomando los recuerdos, que anidan en el interior de mi memoria y que son de cada uno de los momentos vividos, oídos, leídos, escritos y mucho más. Para desde aquí elevarlos con fuerza, hacia el punto abierto en el cielo, entre las nubes e intentar que se formasen al instante, miles y miles de lucecitas que brillaran y tocaran la conciencia de quienes estamos en Tierra, con ganas de hace algo por cambiar la sociedad y hacerla más y más justa y equilibrada. No piensen en que es una utopia, piensa que entre todos podemos darle forma de realidad. Lo real es que no podemos dejar a las generaciones futuras peor planeta del que recibimos y nosotros que hemos sido los que más cambios  tecnológicos y de toda índole que hemos experimentado, no podemos irnos así por las buenas sin dar respuesta al problema que hoy ya tenemos.
Te recuerdo que en la inmensidad del Universo, nacen nuevas estrellas y esos puntos de luz son en cierto modo un reflejo de la realidad que aquí, en este ínfimo lugar vivimos… Un recuerdo que a lo mejor os dice algo muy reciente: La niña y  aquel hombre no tenían donde llorar a sus muertos y eran muchos y si no los había matado la Tierra… ¿Quién lo había hecho? Nosotros y nuestra dejadez y egoísmo.



Cecilio Urgoiti




1 comentario:

  1. Es una crítica al mal trato que hacemos del planeta, que nos alberga y atalanta, sin él, hoy no seriamos nada… Cuídalo y piensa que detrás vienen otros iguales a nosotros y con los mismos derechos de heredad.

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