Sin pelos en las teclas: Soy un ensayista de la realidad política, un periodista sin pelos en las teclas, luchador de mil batallas. Hago política, con el certero objeto, que otro no la venga hacer por mí, sino, la hagamos todos juntos. Defiendo la democracia participativa y entiendo como republicano convencido que soy, que solo se da la democracia real en la República. Así mismo, creo en la autodeterminación de los pueblos y a mi no me importa que los demás, se salgan con la mía.

sábado, 19 de noviembre de 2016

Los políticos mienten con vileza


Cecilio Urgoiti
Son una estirpe de “animales,” algunos hasta racionales, en apariencia, que actúan como si les viniera implícito en sus genes o al entrar a formar parte, se narcotizan al efecto, de mentir. Ciertamente al ser humano se le define, primordialmente por la palabra, aunque mal sea su atuendo, si al oírle captas, un verbo fluido y con toques de sapiencia, en principio hay un acercamiento hacia esa persona. Pero personas con esas características las hay, pero también la hay que fingen y actúan cínicamente, los primeros  son la que soporta la posibilidad de la mentira y que, como sentenciaba Porfirio, el filósofo neoplatónico griego, “el mentir, mucho más que reír, es propio del hombre”. Aquí quedarían, al menos para mí, los segundos. Casi en su totalidad es cierto, que la mentira política existe desde siempre. Que las pautas y la técnica de lo que en tiempos pasados se llamaba “demagogia” y hoy citamos y hasta vociferamos también, como “manipulación o propaganda,” han sido reglamentadas y hasta codificadas, desde hace miles de años. Con estos antecedentes, se puede afirmar  sin equivocación posible; Que nunca se ha mentido tanto, como se hace hoy en día y nunca se ha mentido tan intensivamente, tan dañinamente y cínicamente como en la actualidad. Desde los totalitarismos de la doctrina que sea, desde el nazismo o desde los indeseables fascismos, de la mitad del siglo XX, la técnica y la programación política, siempre han sido puestas, al servicio de la mentira.  Téngase en cuenta, que el término de “mentira” acepta el de “veracidad,” de la cual ella es su opuesto y su negación, lo mismo que el concepto de “falsedad” reconoce el de “verdad.” Pero sin profundizar en conceptos filosóficos o morales, pues no es ese el camino que me marque al iniciar esta reflexión. Deduzco “por mentir en política;” el falsear y disfrazar, a propia interés y provecho, la autenticidad que interesa a la sociedad oír y conocer en ese momento o maniobrar sin pudor, por intereses de partido, dar a cada momento el escenario que interesa a los ciudadanos. Es decir, los términos o razonamientos de verdad, no se ajustan a su valor universal, sino a la aquiescencia con cierta utilización de interés político, económico o social, que son a la postre donde se ejerce el juego político y, en los que las sinergias, entre verdad y mentira, se argumenta en el interior mismo de los intereses que en cada momento, pueden ser de  utilidad, para esa manipulación que les lleva a un circulo vicioso, que hace, para ellos eficiente, la autenticidad de la mentira. Transformando todo cuanto sea de interés para prevalecer y hacer prevalecer el prioritario objetivo, que es su política y sus beneficios, salga el sol por donde salga, con lo que nos acercamos al relativismo ético. Que viene siendo un “sí” o un “no” o todo lo contrario se fuera o fuese necesario.
Se han derrochado tanta tinta y aun, mucho más en saliva, si sumamos radio y los de las televisiones, en “Franch.” (Cada segundo de imagen, en video tiene 25 french o, lo que llamamos plano en cine, que entonces son 24.) Desde que el de “Puente viejo,” convoco las elecciones del pasado 20 de diciembre, con lo que no quiero decir que para cualquier caso no se haga lo mismo, son los medios de comunicación los “cómplices necesarios,” para emitir las mentiras e incluso, las medias verdades, que aun son peores y provocan más rechazo. Si miramos a los protagonistas y tuvieran vergüenza, cosa de la que carecen, no seria chico el sonrojo, que produce incorporarse a las filas de los opinantes tertulianos. Los tertulianos han de mentir ante el oponente y, este a su vez, hará lo mismo, con más o menos intensidad en función no de la verdad, sino de la intensidad de la audiencia y consiguientemente del dinero que pueda repercutir a la “cadena,” la publicidad, dentro del espacio, en el tiempo ocupado, a tal efecto. De siempre, en política y desde las primitivas “polis” y con anterioridad a ellas, desde que el ser humano se ha ocupado de organizarse, para vivir en sociedad y desde el surgimiento del líder y las consabidas elites, la contante que no ha variado, ha sido la mentira, “mentira política…”
¿Cómo la erradicamos y que hemos de sacrificar? Se sabe que muchas vidas han caído por defender la verdad y la verdad sobre esta materia en que la mentira la ejercen desde la política y yo la que conozca la denunciare… A sabiendas que no seré oído, pero si juzgado y condenado y así ellos, las elites, continuaran su trayectoria de enredo, gatuperio, falsedad y mentira.

Cecilio Urgoiti



sábado, 12 de noviembre de 2016

Desplome de la socialdemocracia

Cecilio Urgoiti
“No es de hoy el lamento: la socialdemocracia en Europa, según la mayoría de los politólogos que trataron el asunto, comenzó una inexorable… La llegada al poder de los socialistas del sur en 1981/82, con Mitterrand en Francia, Andreas Papandreu en Grecia y Felipe González en España, no modificó las sombrías perspectivas de futuro, como tampoco cambió nada con los largos Gobiernos de Blair en Reino Unido y Schroeder en Alemania, iniciados 15 años después: es impresionante la cantidad de trabajos científicos publicados bajo el título de decadencia, crisis, caída, desaparición y final de la socialdemocracia en Europa en el último cuarto del siglo XX.” Esta larga y muy aceptada frase, de junio del año en curso, es  de Santos Juliá, para mí, un auspicio de la política y una autoridad en el pensamiento social y político, no solo de España, sino del mundo.
Lo cierto es que se lleva tiempo anunciando una muerte de la socialdemocracia y es algo así como lo de que viene el lobo y al final, como bien dice el cuento llegó y como cuando viene, algo mal dado, no viene solo a este país, le atrapa, sin gobierno y sin posibilidades de gobernar, sin ejecutiva, sin autoridad, con un viejo presidente que se siente engañado, pero no enmudece una conversación privada, que por respeto tenia que silenciar, salvo que este en juego algo más que un gobierno, pero no de ellos, sino del oponente partido antagonista, si a estas alturas de la comedia, lo podemos llamar así. No me quiero referir en este momento, a la dimisión en masa, eso es fruto de trileros, que hace tiempo dejaron de lado el socialismo, los estudios marxistas y su vocación política, salvo la económica, como sostén de sus intereses personales y de sus capitales, porque, tenerlos los tienen.
La socialdemocracia está en una total decadencia en todo el mundo: desahuciada por mentirosa en Grecia, fracasando, de culo y sin freno en el gobierno en Francia y en retirada en casi todos los demás lugares. Hasta el extremo que si pierden, los neoliberales sus respectivos gobiernos en Europa, la fascista “extrema derecha” coge el poder. ¿Qué será lo mejor? Ellos o el caos, cuando el propio caos, son ellos. En ningún país están los socialdemócratas en primera línea, pero lo axiomático es que ni en segunda, desde el punto de vista ideológico, programático u organizacional. La crisis no es solo cíclica, sino existencial. Es una falacia, es el hacer caja del capital y todo se deriva de profundas transformaciones culturales y tecnológicas que dejan sin espacio a todos los partidos socialdemócratas, de forma intencionada. Pero como ellos desviaron la atención a sus bolsillos, no vieron la que les habían preparado.
Lo frustrante de ahora, es que aun no vemos la gran diferencia a la que nos enfrentamos, con nuestros jóvenes, lo difícil y lo cuesta arriba, que se nos hace despojarnos de nuestros viejos y caducos principios políticos y acercarnos a la realidad social. Lo que los jóvenes quieren es un modo de vida, que sea intensamente social y primordialmente democrático, lo que se quiere es una democracia participativa. Pero hete ahí, la socialdemocracia como práctica política y, los socialdemócratas como principio político, están faltos no solo de ideas, sino de voluntad y estoy convencido que ya no la alcanzaran. Ni la capacidad y mucho menos la voluntad, para enfrentase a los retos que se avecinan en este siglo XXI. La socialdemocracia se acomodo a la democracia representativa y hoy, ellos que se vieron dueños y señores, no se han preocupado de la importancia que tiene, hacer participe a la ciudadanía. El egoísmo les ciega.
Un efecto de exaltación juvenil va hoy, por los caminos de las sociedades occidentales, les llaman perroflautas y desequilibrados jóvenes sin ideales ¿Qué equivocados están los Medios y los que los dictan? El crédito que las sociedades actuales le da los partidos tradicionales ha encogido considerablemente. Las promesas de un futuro mejor tras años de rigor, han sido contradichas por la perseverancia del desempleo y por el acercamiento de una nueva borrasca económica, por el nuevo cambio que se aproxima, al núcleo duro de la UE. Repito, sino ponemos remedio, será el caos.  
Una ola migratoria, leyes relativas a la seguridad y el miedo al terrorismo completan la imagen, en una UE cada vez más escorada a la derecha y la socialdemocracia, “ni esta, ni se le espera.” La respuesta, que nos llega de los partidos de gobierno de izquierdas duda entre la reafirmación de las utopías y el recurso a una “estrategia de choque” que, con el subterfugio de liberar y hacer fructífera las empresas, ahogan a la clase trabajadora y se dedican a retorcer la legislación laboral.


Cecilio Urgoiti

miércoles, 9 de noviembre de 2016

Trump, supera en todo a Hitler    


 Imágenes que captan la retina y que yo no veo... 

Los resultados electorales de los Estados Unidos, son un unos serios efectos de las políticas que nacieron con ese absurdo invento capitalista, que los medios y los correveidiles del poder llamaron crisis y que solo ha sido humillar a la sociedad mundial. El resultado que hoy nos muestran, entiendo que no es un apoyo a un payaso, lo más seguro, también, hay muchas tontas y tontos sueltos. Esto ha sido un derroche de palpable fascismo, populismo y, estos, nunca dudarían en llevarnos a la muerte, si por ello él y la banda que le mantiene, se hicieran más ricos. El voto recontado en el día de hoy, es un rechazo a las políticas neoliberales que ahogan a la vida humana y pretenden llevarles a un desconocido abismo, con garantía de muerte segura… El voto es un rechazo a toda la demagogia derrochada por los mandamases que han ejercido el poder, en apariencia, el voto es una declaración de guerra. Este es el voto del caos. Es decirle al mundo, ya ha llegado el caos, es tal el “Apocalipsis,” que da lo mismo, quien lo convoque. Con toda seguridad, este mundo globalizado, sufrirá el efecto contagio. Caminamos al tercer derrumbe mundial. Si este no ha sido un anuncio de guerra, nunca se dieron tantas evidencias juntas.
Ahora dicen que les sorprende el resultado, pero no paran de felicitar al impresentable machista, populista, demagogo y un largo etcétera, donde no encontraremos un término que le enaltezca, pero esta podríamos llamarla una rebelión social en masa, donde se ve que el miedo lleva a las masas o a su hecatombe o, a su autodestrucción, por imposibilidad de defensa.
Entiendo que esta es la reacción más enérgica que el pueblo americano, ha encontrado para rechazar todas las políticas que desde 2007, les hunden, les aplastan, les aprisionan, les humillan en las más espantosas de las miserias, de tal forma que podemos rumiar, aquellas palabras del refranero español, que dicen: “Cuando las barbas de tu vecino veas cortar, pon las tuyas a remojar.” Los pueblos, que tanto hostigamiento les ha endurecido y les ha hecho conocedores de la sapiencia social, saben que con fuertes reacciones y llevando a la sociedad al despeñadero, esta reacciona, les agudiza el sentido y tiende a defenderse muriendo. Lo próximo, lo más cerca, lo de dentro de un rato, la llegada de la “extrema derecha” a la UE. Es la provocación previa a las revoluciones… Este es el no más rotundo a la soga que ahora nos apresa, pero pronto se que apretara a los culpables. La historia, nos recuerda que las revoluciones no se deben dejar a medias y la americana, nunca se termino y mientras en Europa se hicieron muchas, ninguna les ha servido para concluir, sin una vuelta a empezar.
Amigas y amigos, esta es la globalización, que los latinos alcanzaron votando a Trump, claro que me parece, que no se enteraron de que lado del muro iban a estar ellos, Ahora a la hora de hacer caja, ya no necesitamos hacer temblar el pueblo, estamos en otro estadio, solo se nos vuelve imprescindible, mantenernos firmes y a luchar; ¡Se ha dicho!
Los patanes seguirán intentado gobernar, es su signo y de paso, saquear las arcas, que otros, con mucho más poder vendrán a buscar. Mientras nosotros no podremos postrarnos ante el frío plasma a llorar, mientra esperamos la muerte. El que lucha la muerte nunca la espera, solo lucha y nuestra lucha aquí, en lo que ellos llaman “…la avanzada democracia mundial,” debe completarse con la lucha de todos los días. El lema ha de ser el de los mineros asturianos ¡Uníos, hermanos proletarios!  (…)



Cecilio Urgoiti  

martes, 1 de noviembre de 2016

La reciclada Cruz de sus Caídos hoy de todos

Nos lo contó un viejo socialista republicano

Por Cecilio Urgoiti


Esta mañana, tras lo propio de las tareas que diariamente hago, me cruzó por la cabeza, ir a tomar café y dicho y hecho, al Imperial, bar en la Rambla de “Las Asuncionistas” que es come se le conoce popularmente, pero su nombre es Avenida de la Asunción, una cosa más de esta tierra chicharrera y de sus habitantes, que nos gusta cambiar de nombre las cosas. Entro en el citado bar y pido un “café solo” e inconcientemente, al menos al principio que no luego, me quedo escuchado a un hombre, ya muy mayor, que conozco de vista, “de toda la vida,” que siempre que habla de alguien, dice Tony eso, de toda la vida... Pero eso es otra historia, en esta, el hombre esta frente a un café con leche y un bocadillo de pollo y le decía al hijo de un conocido y viejo fallecido amigo, al que saludo con una inclinación de la cabeza.
Este señor hablaba, sobre todo lo divino y, todo lo humano, eso sí, pausadamente y muy claro, tanto que si yo no hubiera querido oírlo, tendría que haberme ausentado. Ese es un lugar, que siempre esta lleno, hoy éramos muy pocos y en un momento, me dí cuenta que los presentes, solo atendíamos la conversación de aquel improvisado historiador. Sobre todo, hablaban de política, de la política de la calle, de esa que se habla en bares y en cualquier esquina, en cenáculos familiares, donde el cuñado termina metiendo la pata, que no es mi caso, tal vez, sea yo el que la mete. Estoy seguro que conversaciones así, las podemos escuchar en cualquier parte, sin prestar atención, pero esta vez, ciertamente era una lección de la vida, para no perderla.
Monumento de Av. Anaga
Aquel hombre mayor, más de noventa años dijo tener, a lo largo de su franca, sencilla y muy bien hilvanada conversación. Simbolizaba, al menos para mí y, me atrevería a decir, sin miedo a equivocarme, que también para el resto de la audiencia de aquel momento allí, mucho más que todo el saber popular, que acopia el discernimiento de años muy censores y más aun censurados, de la historia de los últimos ochenta años. Decía recordarse todavía de la llegada de la República, siendo demasiado niño y también del inicio de la guerra civil y de los años después, dijo con solemnidad que “Franco fue un asesino y que aun le molestaba ver símbolos, como la cruz mantenida en Plaza de España, donde se había cambiado la primitiva leyenda, por una, que intentaba unir a todos en el texto, pero muchos aun estaban en las cunetas o ese otro monumento en la Avenida de Anaga, que costeamos todos, con una obligatoria cuestación popular y él, que se negaba, desde ese momento, lo pasaba mal.” Para luego añadir. “Que esto se realizaba en el tardofranquismo, como si quisieran, los autores de la obra, dejar muy claro, que la dictadura continuaría, para siempre…”
Llegado este punto de la amena conversación, no me resultaba más obvio, que pedir otro café, para seguir enterando y dilatar aquel momento de historia viva de mi nación, que tantas veces reniego de ella, más por sus gobernantes que por los vecinos, que hay momentos que también. En medio de todo esto, mi mente me recordaba con cierta insistencia, que aquel alto y siempre elegante en el porte y en el vestir y que yo en mi apariencia le consideraba de derechas, era un viejo militante socialista, que ya hacia años; “Se había dado de baja del socialismo en vía muerta, por la caprichosa voluntad de la corona y el egoísmo de los mandamases socialistas españoles y la ciega obediencia a la Europa del Euro”
Nos contó, pues entiendo, que él era muy conciente que, se le escuchaba, muy atentamente y, aun que entraban y salían alguno parroquianos, los fieles primitivos oyedntes, seguíamos sin perder nada de lo allí manifestado. Narraba el desarrollarse del todo, pero solo en apariencia, se vivían dos vidas, una dentro de casa y otra en la calle, contaba, algo que aun recuerdo y que era el levantar la mano “derecha” abierta la palma de la mano, desde que acabó la guerra, cada vez que se pasaba por delante de la bandera del aguilucho o sonaba el himno, que aun sigue. Se dijeron cosas de los largos años de dictadura, habló de Lorca y del “silencio de goma oscura,” del alejamiento de los derechos en el mundo civil y laboral. También de la represión, de la intolerancia, del delirio fascista… mucha gente como él habia puesto la esperanza en la muerte del dictador, pero aquí estamos...
Se refirió, somera y precipitadamente; al desengaño que se llevó con la muerte del dictador, “no por ello” como dijo, sino por la continuidad de la corona y la no restauración de la República, pues, él siempre entendió, “que eso, solo eso, era lo correcto,” que le había dado a González, “el beneficio de la duda, hasta que llegara al poder, pero no actúo en consecuencia y que así, traicionaba el socialismo.” Apuro, el frío café, limpio su boca con la ya usada servilleta, cerró el puño de la mano derecha, mientras la levantó, con lo que me dijo, sin decir nada, que era un viejo tronquista, por tanto, tenia sobre si las lecciones marxista. Al levantar el brazo soltó un cierto y sincero “Salud y República.”


Cecilio Urgoiti