Canarias; bien vale una misa
Empiezo este relato, parafraseando a
Enrique de Navarra, solo cambiando, Paris por Canarias. Hace ya tiempo, pues el
dictador Franco estaba vivo, que en paz no descanse… y bien sabéis el por que.
Una mañana se recibe una llamada en TVE-Canarias del Gobernador Civil en
persona, que pregunta por el Director y le espeta a boca jarro, que el medio
televisivo, mantiene en pecado a los enfermos, a los impedidos y a los que por
causas ajenas a la voluntad de la persona en cuestión vean la misa que emite
TVE. El Gobernador, le estaba trasmitiendo a la dirección del ente público, la
queja que el Obispo de Tenerife le había dado, unos momentos antes a él. A lo
que el director le replicó, que la misa siempre se emite entera, que se emitía
los domingos y fiestas de guardar, que tal acto se llevaba a cabo, a las 11
horas, que viva Franco y, que España es
una, grande y libre. Esto lo pongo ahora yo, una, pues si huera otra, nos
hubiéramos ido a vivir a la otra. Grande por estar, llena de pobres, militares
y curas, hoy también y libre, ya que se podía poner 1, 2 y X en las quinielas…
Los días siguientes fueron de
autentico revuelo en la “casa” como nos gustaba llamarla, a los de la casa,
valga la plétora. Había que dar una respuesta con prontitud, vamos el próximo
domingo, que fuera contundente, pues se tenia que calmar las iras eclesiásticas
y sin olvidar que esta nación era la autentica reserva espiritual de occidente.
También se tenía que dejar a la autoridad política, en el lugar de privilegio y
potestad que representaba. Por último y no excepto de importancia, al menos
para él, salvar la cabeza el propio director. Se dio la solución, la misa seria
en directo desde Canarias y solo para Canarias. La decisión fue hacerla en los
Estudios de Tenerife de la calle de la Marina, aquello era tan pequeño que se tenía
que desmontar el set del Telecanarias, que se hacia y se sigue haciendo, hace
ya 45 años en simultaneo con el Centro de Las Palmas de Gran Canaria que
llevaba la cabecera del decano informativo. Había dos motivos de peso, para no
ir a las iglesias de las islas a retransmitir la misa, TVE en Canarias, tenía una
sola Unidad Móvil, para las siete islas y los correillos, barcos entre las
islas, eran lentos y no diarios, con lo que hubiera traído problemas. Téngase
también en cuenta, que además de ser islas sus relieves y la corta dotación de
“Enlaces móviles” no lo hacían viable, pero “siendo pocos, va y pare la abuela,”
retransmitíamos, compromiso adquirido con anterioridad, los partidos de baloncesto
del “Náutico” desde Tenerife, con lo que, la única Unidad estaba, al menos,
ocupada un domingo si y otro no.
Montado el altar con un crucifijo que
colgábamos delante del ciclorama y preparada la iluminación, vino un cura, que lo mismo que en las retransmisiones
desde los diferentes lugares de la península cobraba por tal acto y nos dijo
que aquello no estaba bendito y que la misa se hacia sobre un “ara” piedra que
tiene un hueco y en su interior debe de haber, al menos tres reliquias de
santos. Lo primero se salvo rápidamente con un responso al efecto, pues el de
la inauguración no era el adecuado. El ara se arreglo con que cada cura, se
vería obligado a traer, una de su iglesia, y así fue.
Me he reservado para el cierre, el
motivo de todo este desaguisado político religioso. Para entenderlo hay que
trasladarse en el tiempo. En Canarias, en aquella época, como en esta, todo
ocurría una hora antes, que no una hora menos, pues tenemos 24 horas como el
resto del mundo. En esos tiempos vivíamos al pairo de la Era de la Comunicación,
vivíamos a pedales y en TVE ocurría lo mismo… De tal manera, que aquí se veía
el Telediario con un día de retraso, si bien es verdad, que cuando surgían
noticias de alcance, se daban en el informativo regional, sin soporte de imagen
real y se recurría a la foto fija o imágenes de archivo. La “torta” nombre que
recibía la película, pues el soporte era en cine, llegaba diaria mente en la
Estafeta militar, avión del Ejercito del aire, que volaba a las islas. El resto
de la programación, salvo la elaborada en las islas, que era la continuidad de
los programas nacional, llegaba semanalmente por la misma vía y con una semana
de retraso. Veíamos el “1, 2, 3”
“Noches del Sábado” series como Bonanza, musicales como Escala en HI-FI, con su Magazine en medio… y toda la
programación. A la misa le pasaba lo mismo y hete ahí, que alguien del entorno
del obispo ve que la misa, no era la de la semana, pues ni la epístola, ni el
evangelio correspondía con el día en cuestión y “se armo la de dios es cristo.”
Con ese acto, pusimos a la población en pecado. Así fue y así se lo hemos
contado.
Cecilio Urgoiti
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