Sin pelos en las teclas: Soy un ensayista de la realidad política, un periodista sin pelos en las teclas, luchador de mil batallas. Hago política, con el certero objeto, que otro no la venga hacer por mí, sino, la hagamos todos juntos. Defiendo la democracia participativa y entiendo como republicano convencido que soy, que solo se da la democracia real en la República. Así mismo, creo en la autodeterminación de los pueblos y a mi no me importa que los demás, se salgan con la mía.

sábado, 24 de septiembre de 2016

El voto de clientelismo    

Cecilio Urgoiti
El clientelismo es otra singularidad de corrupción, “soberanamente peligrosa” y en el caso español esta coronada. En su propia naturaleza, consiste; en un cambalache discrecional y particularista de favores, en el cual los garantes políticos deciden la concesión privilegiada e, incluso, ilegal de derechos y prestaciones a cambio de apoyo electoral o económico, a esos sujetos que forman parte de sus redes. El clientelismo puede ser electoral, corporativo y de partido. En el clientelismo electoral, el cliente es un votante, el cual da su voto a aquella organización política que por promesas hechas personalmente, por el candidato o sus delegados le garantiza mayores favores y beneficios materiales exclusivos. Esta es la historia rural y de medianos y pequeños pueblos de la España, que “no iba a conocer, ni la madre que la parió. Frase esta que si hoy la ponemos en boca de Alfonso Guerra, podremos apreciar el doble encaje, electoralista y clientelista de su momento.
Lo que se intercambia son necesariamente votos por favores, algo que en el batahola o escándalo, de los ERE en Andalucía, parece engendrarse y promoverse de suficiente modo. El rasgo típico del vínculo político “clientelar” frente al vínculo político programático es que, en el segundo, el partido votado no se compromete con sus votantes a proporcionarles favores y privilegios, sino a aplicar unas políticas determinadas de forma objetiva y universal.
Una modalidad cada vez más importante de clientelismo electoral, es la de nivel institucional. Son; los supuestos en que un político, con un cargo importante a nivel central y con suficiente peso especifico sobre el todo del partido, benefician con sus decisiones a un área geográfica concreta, que es aquella donde él fundamenta su carrera política y tiene sus redes de apoyo. Por ejemplo, el uso del AVE como mecanismo de clientelismo electoral parece, en ciertos casos, evidente. En caso de duda seria bueno preguntarle al desaparecido, Pepiño.
Las entredichas diputaciones provinciales, en el caso de Canarias “Cabildos insulares” de elección directa y no como las diputaciones que eligen sus cargos, entre los más votados, vamos de elección indirecta. Estas instituciones, son ejemplos de numerosos casos de clientelismo, en especial apoyando económicamente de forma privilegiada a municipios cercanos a la mayoría en el gobierno. Mariano Rajoy que había prometido una reforma en dichas instituciones, dio macha atrás, previa reunión y constatación de que desde dichas, “poltronas” se ejercía el caciquismo de principios de siglo XX. En el clientelismo de base corporativa, el cliente es una persona jurídica o un individuo en nombre de tal o cual persona, que aporta dinero y/o apoyos materiales, su voto no es aquí lo esencial, aunque también cuente, al “patrón” político, a cambio de que bien se le adjudiquen contratos, subvenciones o concesiones públicas, de forma engañosa,
Finalmente, en el clientelismo de partido, el cliente es un miembro del partido, el votante o, mejor aún, el que pone su red de clientes internos, al servicio de una determinada cábala, candidatura o corriente del partido, a cambio, sobre todo, de obtener un puesto de responsabilidad en el partido o en el gobierno.
También tenemos interesantes sujetos que venden hasta su honor, si lo tuvieran al mejor postor, sobre todo el famoso caso de Eduardo Tamayo y María Teresa Sáez en la Asamblea de Madrid. La consecuencia de este tipo de clientelismo, es la llegada a puestos importantes de personajes indeseables que acaban robando a saco, como la Esperanza y su “púnica banda de golfos,” por citar algo, pues estos mafiosos trileros y canalla de la que España esta llena y su mayor exponente esta en el PP, merecen un capitulo aparte y muchas horas de penosa escritura. Gracias por vuestra paciencia en la lectura.


Cecilio Urgoiti 

2 comentarios:

  1. Buen análisis Cecilio. Yo también creo en tí que analizas la actualidad.

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  2. Muchas gracias Rosa, por esa demostración de confianza en mis criterios. Salud y Republica...

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