Sin pelos en las teclas: Soy un ensayista de la realidad política, un periodista sin pelos en las teclas, luchador de mil batallas. Hago política, con el certero objeto, que otro no la venga hacer por mí, sino, la hagamos todos juntos. Defiendo la democracia participativa y entiendo como republicano convencido que soy, que solo se da la democracia real en la República. Así mismo, creo en la autodeterminación de los pueblos y a mi no me importa que los demás, se salgan con la mía.

martes, 18 de octubre de 2016

opinión    

El principio del socialismo español        por Cecilio Urgoiti

Karl Marx
Este fue marxista y desde la óptica de Marx se contempla la ética como la moral y esta, como reflejo de las relaciones sociales en desarrollo, como enunciado de los intereses de las distintas clases, que atestiguan su juicio, de lo que es el bien y, a su vez, sobre el entendimiento del mal, de la obligación y la de su propia conciencia, “del bien social y la felicidad individual,” si lo queremos sintetizar. Este era el primer fundamento político qui inspiraba la teoría marxista que sostenía el Estatuto del socialismo español en el exilio, que Felipe González, logra erradicar de los estatutos del partido que preparaba, para hacerse merecedor del cargo de presidente del gobierno de España. En aquella etapa, fue la “Gestora” la que cargo con el papelón.
La ética marxista, al formular los “intereses de la clase más progresista de la historia,” o sea, el proletariado, cimienta teóricamente los principios de la moral socialista marxista y, por supuesto, la comunista. Tampoco podemos olvidar que Marx fue el autor del Manifiesto Comunista. El valedor  e incitador, de la moral del ser humano, como trabajador y como propio ser, de la inculcación de la ayuda recíproca, de la camaradería y del propio colectivismo. Consiguientemente fue Carlos Marx, que vivió entre 1818 y 1883, el fundador del comunismo. Según él, “…en la historia se encuentra una estructura formada por las relaciones económicas y sociales, y una superestructura que es el resultado de una estructura económica dada; la superestructura está constituida por la religión, el arte, la filosofía, la ideología, la moral, etc.” Esa que era una autentica crítica al capitalismo, formulada desde el conocimiento, no solo filosófico, sino además fundamentada sociológicamente y visto desde su experiencia, no solo ya personal, sino ayudada desde el conocimiento de Engels, como parte del empresariado y si se me permite, la aportaciones que los trabajadores dieron, tanto dentro de la Primera, como en la Segunda Internacionales y eso que no había conocido los actuales parámetros en los que se mueve hoy el “Poder Económico,” aunque si hay respuesta al hoy, con el ayer de Marx.
En Marx se encuentra la auténtica filosofía de la historia, de la historia del hombre y de la mujer, como trabajadores, del hombre y la mujer explotado, del hombre y de la mujer, en las mismas circunstancias de esclavitud, vamos la historia y la filosofía asociada al humano y los fundamentos que le han esclavizado, toda vez que intenta localizar la esencia y su particularidad  como explicación de la historia humana. Esta esencia particularísima, hace a Marx mantener que el modo de producción de la vida material condiciona el proceso de la vida social y política. Aquí hace aparición el materialismo dialéctico.
Este materialismo dialéctico, tiene su presentación como tal, debiéndole más a la actividad de Engels, que a la del propio Marx. Se ha considerado tradicionalmente, como la toma de posición filosófica de Marx y Engels, frente al “idealismo hegeliano,” es decir, como el resultado de su crítica del idealismo y, como tal, se ha presentado por la mayoría de los estudiosos del marxismo como el marco de referencia conceptual, desde el que se desarrolla el materialismo histórico, que sería la expresión propiamente científica de su pensamiento. Entonces hace aparición la historia y se explica por las negaciones de su vida material, por el conflicto existente entre las fuerzas productivas sociales y las relaciones de producción. En la historia, se advierten así, por su modo de producción, sociedades como la asiática, la antigua, la feudal y la moderna burguesa.
Marx crítica la sociedad burguesa, por cuanto esta representa la más avanzada etapa de explotación del hombre por el hombre.
“El trabajador en la sociedad capitalista, la explotación del hombre por el hombre llega a su máximo, porque el capital es la forma de una riqueza acumulada a base de la utilización del trabajo de los proletarios”, explica Marx.
Hoy un partido que negó el marxismo, ha encontrado la justa compensación a aquel dislate, me refiero a la renuncia del marxismo y a continuar diciendo que se es de izquierda, que se defiende a los trabajadores, que haces políticas neoliberales, que legislas en contra de la ciudadanía, que sientas en los concejos de administración a expresidentes o ministros, salvo que esas empresas sea de dominio estatal, que utilizan artimañas para defenestrar a un secretario general y dictan ordenes en la sombra, con el fin de sacar adelante intereses opacos y oscuros de políticas nada ortodoxas. Este es un partido que ha puesto la proa para el marisco, expresión esta, que me enseño un viejo marinero, refiriéndose a los barcos que encallan y de allí son arrastrados al deshuese o desmantelado en la misma encalladura, para convertirlos en chatarra. Aquel abandono del marxismo de inspiración yanqui, hoy toca su fin.

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