Sin pelos en las teclas: Soy un ensayista de la realidad política, un periodista sin pelos en las teclas, luchador de mil batallas. Hago política, con el certero objeto, que otro no la venga hacer por mí, sino, la hagamos todos juntos. Defiendo la democracia participativa y entiendo como republicano convencido que soy, que solo se da la democracia real en la República. Así mismo, creo en la autodeterminación de los pueblos y a mi no me importa que los demás, se salgan con la mía.

domingo, 3 de julio de 2016

                                         El estraperlo                                                                                                                                                

Escudo de la II República. 1931 a 1939

El vocablo estraperlo o straperlo fue muy de frecuente uso, en la España de la II República y en las primeras décadas franquistas, con dicho termino se hacia referencia al comercio ilegal  de bienes sometidos a algún tipo de impuesto por el Estado. En las primeras etapas del franquismo se comercio ilegalmente, con la mayoría de los productos que formaron parte de la “Cartilla de Racionamiento.” Dicho negocio lo hacían los afines al régimen.  Dicho vocablo, por extensión y uso social, se utiliza como sinónimo de de lo que también recibe el nombre de “Mercado negro.” A quien practicaba el estraperlo se le llamaba “estraperlista.”
El origen de esta locución está en un escándalo político ocurrido durante la II República, producido como consecuencia de la introducción de un juego de ruleta con un mecanismo eléctrico, de marca Straperlo, nombre derivado de Strauss, Perel y Lowann, apellidos judíos holandeses, que fueron los que iniciaron el negocio.
 A lo largo del mes de junio del año 1934 los empresarios importadores de la ruleta y miembros relevantes del Partido Radical llegaron a un acuerdo económico con el fin de explotar. La consabida ruleta, se instaló en el Casino Donostiarra. Varios sujetos de la órbita del Partido, harían valer sus influjos para conseguir la necesaria autorización, a cambio de un porcentaje en el negocio. Según la dicción de Strauss, Alejandro Lerroux, líder de los Liberales recibiría el 25 % de los beneficios, Joan Pich i Pon, un 10 %, Aurelio Lerroux sobrino de Alejandro Lerroux. Miguel Galante y el periodista Santiago Vinardell  un 5 %. Además, para asegurarse la cooperación del ministro de la Gobernación, Rafael Salazar Alonso, Joan Pich i Pon se había comprometido a hacerle llegar un soborno de 100.000 pesetas. Cosa que al parecer nunca ocurrió.
El juego con esa ruleta, en San Sebastian, fue prohibido por la policía, tras aclararse que era engañoso, ya que la rueda se intervenía al antojo del manipulador, accionando un botón y, por lo tanto, la banca siempre que se le antojaba o las jugadas eran de cantidades sustanciosas, ganaba, tras maniobrar el botón adecuadamente. Algo parecido ocurría paralelamente, en el Hotel Formentor de Mallorca en Baleares, aunque también fue abortado, con algo más de retraso.
El “escándalo del estraperlo saltó a la luz pública, con casi un año de retraso, en octubre de 1935, como consecuencia de la denuncia que presentó Daniel Strauss, ante Don Niceto Alcalá Zamora, Presidente de la República, que era. En ese acto Don Daniel exigía un “resarcimiento” por los gastos de instalación del juego conocido popularmente como “estraperlo” en los casinos de San Sebastian y Hotel Formentor, por los cohechos, vamos los untos citados anteriormente, que manifestaba haber pagado a políticos del Partido Radical y a familiares, y amigos de Alejandro Lerroux. Alcalá Zamora recibió el dossier completo, con toda la trama de corrupción que le envió Strauss a principios de septiembre de 1935 y se lo enseñó a Lerroux, que entonces era el presidente del gobierno, pero este no le dio importancia y, al parecer, le dijo que sería muy difícil probar sus presuntos contactos con Strauss.4 Tras la crisis de gobierno que se produjo a mediados de septiembre en que Lerroux renunció a seguir encabezándolo, según algunas versiones de historiadores. En mi opinión y lo que se desprende de las notas del diario de Manuel Azaña, fue que Alcalá Zamora, lo obligó a dimitir, al conocer el dossier de Strauss. El Presidente de la República a comienzos de octubre de 1935, envió la denuncia, al recién constituido gobierno, radical-cedista, presidido por Joaquín Chapaprieta, en el que Lerroux era ministro, Chapaprieta obligó a que el caso, fuera debatido en las Cortes, donde se formó una comisión parlamentaria. El dictamen de la misma, señaló que habían existido actuaciones “…que no se ajustaron a la austeridad y a la ética que en la gestión de los negocios públicos se suponen…” El 28 de octubre de 1935, las Cortes, votaron la culpabilidad de los acusados por la comisión, a excepción de Salazar Alonso, que como vimos anteriormente fue el ministro de la Gobernación, que firmó el permiso de autorización de la instalación de las ruletas.
Este fue un caso muy relebante  de corrupción, al poco tiempo estalló el designado “Caso Nobela” que supuso el hundimiento del Partido Radical, lo que conjeturó el final, del llamado “bienio negro.” Abriéndose camino en esos días, la celebración de elecciones generales, en febrero de 1936. Que fueron ganadas por el Frente Popular.

Cecilio Urgoiti

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