¡¡¡Basta de Terrorismo!!!                                                                                                                                                                                                                         

          Hoy como la mayoría de los días a lo largo de la historia de la vida, ha habido personas que no han visto la luz, pues no las hemos dejado dormir y así tampoco despertar, han sido asesinadas en un aeropuerto, ayer en otro, hace unos días en una discoteca o en un tren de cercanías, ello se debe a esa maldita lacra, fruto de políticas insolidarias y  consecuencia de no abrir la sociedad al pensamiento reflexivo y de esta manera, podría estar escribiendo con serios argumentos, sobre lo que se ha ido gestando, en terrorismo en la sociedad fruto de la globalización y producto de la provocación de crisis, que más es, objeto del egoísmo, produciendo la inhumana insolidaridad… la guerra fue la constante de la historia del hombre desde que descubrió la propiedad y se ha seguido haciendo, ora así, ora de aquella manera… Malditas sean las guerras, maldito sea el terror que provoca el hombre sobre el honbre.

Con estas palabras, no quiero, ni he contemplado las más remota justificación del terrorismo, sea este, de la índole que sea y, ocurra dende ocurra. Mi más enérgica protesta a todos y cada uno de los actos que provocan la muerte, camuflando ese vil acto, tras un ideal, sea este, político, religioso, filosófico o del proceder que sea. El respeto a la vida es algo que tenemos que llevar a todas las circunstancias y con toda la razón de ser. No podemos, como sociedad, pedir la abolición de la pena de muerte y justificar el terrorismo bajo ninguna razón. No podemos convertirnos en árbitros de la vida y menos aun de la muerte, la muerte es la última etapa del vivir, pero nadie ha de decidir, sobre la vida de otro ser.

 Hay también otro terrorismo que es el terrorismo de estado y que se camufla con facilidad en guerras por intereses económicos, golpistas o con un largo etcétera. También lo condeno, pues de otra manera, actuaría con cinismo, cosa que siempre me he negado hacer. Un país desgarrado por un largo conflicto, como hoy es Siria, con su triste rastro de destrucción, muerte, desprecio, por el derecho humanitario y la desintegración de la convivencia civil. No puede servir para albergar terrorismo, pero tampoco puede ser campo de batalla, mientra tenga petróleo y luego abandonar, a millones de seres a su libre albedrío, convirtiéndolos en blanco de todo tipo de vejaciones, eso también es terrorismo, repito terrorismo de estado.

Mi más rotunda condena a uno y al otro terrorismo.

Cecilio Urgoiti