Sin pelos en las teclas: Soy un ensayista de la realidad política, un periodista sin pelos en las teclas, luchador de mil batallas. Hago política, con el certero objeto, que otro no la venga hacer por mí, sino, la hagamos todos juntos. Defiendo la democracia participativa y entiendo como republicano convencido que soy, que solo se da la democracia real en la República. Así mismo, creo en la autodeterminación de los pueblos y a mi no me importa que los demás, se salgan con la mía.

jueves, 16 de junio de 2016

 Al Juez Castro, corta Reflexión

Con el mayor respeto y toda la admiración a su valentía

El juez José Castro, que instruyó el mal llamado “Caso Urdangarin,” mi pobre conocimiento me dice que estaría en más consonancia con “el caso campechano,” ha comunicado a la Fiscal General del Estado a interponer una querella contra él, por prevarican o a “acabar ya con esta pesadilla,” en referencia directa al durísimo ataque contra su actuación, arrojada esta mañana, en la vista del caso que hasta ahora, también se sigue contra a infanta Cristina por el fiscal Pedro Horrach. El fiscal, que se opuso al procesamiento de la infanta Cristina, ha atribuido a Castro haber convertido la instrucción del caso “en una persecución.”
Esa actitud torticera y muy ilegal del impropio, impresentable y sin ningún sentido de la ética y de la honorabilidad que debe representar, fiscal tiralevitas y correveidile de la monarquía española, es la prueba mas palpable de la imperiosa necesidad que tenemos de sacar a gorrazos a toda esta vasta tropa, seguidora del mismísimo Franco. Esa es prueba evidente del necesario referéndum, previo a unas Cortes Constituyente donde se satisfaga, de una puñetera vez, la dualidad: monarquía – república.
Como ciudadano y como ser de orden, pues así me considero y me comporto, me siento maltratado con los improperios de ese obstinado monárquico, “fiscal-defensor” que ha ultrajado al resto de compañeros, por sus soeces improperios y aberraciones judiciales emanadas de su mente enferma y revestida de vil lacayo, que solo el representa.
Estimado Señor Castro, reciba Su Señoría, toda las consideraciones y el mayor de los respetos, somos muchos los que admiramos su valentía y le reconocemos su recto proceder.


Cecilio Urgoiti 

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