Reflexión a un interés en forma de referéndum

Cuestión de flema inglesa

Desde que el “Reino Unido” ingresó a formar parte de la llamada entonces Comunidad Económica Europea, más conocida como CEE, allá por el año 1973, quince años después del comienzo de aquel incipiente Mercado Común, que le había precedido en 1950 la CECA, Comunidad Europea del Carbón y del Acero. El trato concordante, entre Londres y sus socios continentales, ha sido un persistente tira y afloja, para tratar de contener la tendencia centrífuga de los británicos y, su intransigencia a avanzar hacia una mayor unificación, tanto monetaria como política. Desde que el británico entró a formar parte de la Europa común he tenido la fundada sospecha, que como buen pirata, que aun hoy es y, lo ejerce a carta cabal, en este lance no iba a perder. Tanto salga como permanezca en la actual UE, tendrá, si sale, un Euro más débil, con respecto a su libra esterlina y un fortalecimiento del dólar, con lo que sus aliados naturales los americanos, ejercerán la hegemonía monetaria sobre la Europa continental, sin tocarle a ellos, con lo que, su libra sale de toda especulación y mejor aun sin sospecha. Si la decisión del referéndum, es quedarse en el seno, se llevaran las prebendas negociadas hasta ahora que son tan sustanciosas, que no las publica nadie y continuaran el “dame pan y llámame tonto.” Nos debe quedar claro que la flema inglesa, cuando actúa y actúa de cínico lo hace y lo hace bien.

No quiero decir con lo manifestado anteriormente, que dentro de la Unión Europea y más concretamente en Bruselas, los dirigentes comunitarios sean cortos de mente y sin inteligencia, una cosa es que actúen así y otra es que son meridianamente concientes, de que una Europa sin el peso económico y geopolítico del Reino Unido, sería mucho menos Europa. Entiendan que en los órganos de decisión comunitarios, las aquiescencias a la peculiaridad británica suelen comentarse como un mal menor. Al otro lado del Canal de la Mancha, entre tanto, la cuerda se tensa siempre sin llegar a romperse, a menudo en clave de política interna, y buscando al final, que los tiempos del preponderancia británica, hace mucho que pasaron, a formar mejor vida, Entiendo que verán con claridad, que un Reino Unido, fuera de Europa perdería, a su vez, una gran parte de ese peso económico y estratégico que le ha dado ese “Bombin,” para diferenciarse del resto.

Cecilio Urgoiti