La UE se quita el antifaz
Pensar sobre la situación social, la libertad
de expresión y profundizar en el resurgimiento de una ideología política, que
entendíamos erradicada en su totalidad, tras aquella II Guerra Mundial y con
los actuales discursos, que tenemos que asociar, indiscutiblemente a “la noche
de los cristales rotos” preámbulo de aquella atroz guerra, impulsada por el
nazismo y segundada por la ideología de corte paralela, el fascismo y sin
olvidar la complicidad de la España franquista y la benevolencia vaticana, en esta
Europa, cada vez más seudo-democrática, nos lleva forzosamente, a una inexorable
preocupación, que ha de llevarnos, sin remisión de causa, a un cambio de rumbo,
en las políticas actuales o a una repetición de la jugada, como si tuviéramos
una moviola, que albergara en su interior, una cinta de la historia. Aquel inhumano
desastre, teñido con tanta sangre, que nos hace temblar de terror.
Paralelamente y como consecuencia de ello, estamos volviendo a los tiempos, en
los que, por razones de igual índole, se vuelve ha hacer, evidente la ausencia
de todo derecho, es decir, desde la carencia de la libertad de expresión, hasta
peor aun, la ausencia de pensamiento propio, con un certero objetivo, inculcarnos
el pensamiento único y doblegar la voluntad.
En ese contexto y mirando hacia
algunas décadas del siglo pasado, marcadas por periodos gubernamentales, de
corte totalitaria, nos han de ser recordadas, por la carencia de la libre
expresión. Solo siendo posible acceder, a través de diferentes canales,
promovidos por las altas esferas del poder político dominante, desde donde se
suministraba la información más cercana, a dicho pensar. Aquellas eran décadas
que deterioraban la escasa vida democrática, la cultura política y el
desarrollo intelectual del país y, en las que una parte, de la prensa, de la
“opinión pública,” de las artes, de las letras, de las manifestaciones, se
volvieron oficiales y por sobrevivencia alinearon su discurso al de un régimen
que no respetaba, las voces disidentes.
Tiempos en que criticar, parodiar o
exhibir la corrupción de la clase política, por cualquier medio de
comunicación, fundamentalmente la prensa escrita, pues en esa época era casi la
única y predominante, la radio era sumamente fácil de controlar, la televisión,
si la había, estaba en pañales, las carpas teatrales y el cinematógrafo,
conllevaba, en el mejor de los casos, a la cárcel de los osados y, en el
extremo, a la misteriosa desaparición de los autores intelectuales o materiales
de dichas expresiones. No obstante había quien a pesar de los riesgos,
expresaba su pensamiento, más que como en un ejercicio de derecho, como una
manera de ofrecer resistencia ante al “sistema,” palabra esta, que era de uso
bastante recurrente, para hablar del mismo.
Épocas que entendíamos que ya, haber
sido superadas, de repente, en un abrir y cerrar de ojos, ha surgido la
tentación de imponer, primero discretamente, algunos límites a la libertad de
expresión, sin darnos cuenta y muy pausadamente se va obviando la información
hasta alcázar con poco tiempo, la hoy Ley Mordaza, exponente de corte fascista
y anticonstitucional, con una constitución, como la del 78, que bordea la
División de Poderes, eje de la vida en democracia, democracia que ha de ser
participativa, dejando claro, que nadie ha de actuar en representación de nadie.
Los nuevos aires que hoy empiezan atosigando
a España, no solo son en el ámbito territorial nacional. Vienen y van por toda
la Unión Europea, fruto de ese neoliberalismo, que se ha ido implantado en todo
el territorio europeo, con algún que otro disfraz, pero se ve venir, tras ello,
una corriente populista, que me permito recordar que es la antesala de aquel
romanticismo que desembarco en un nacionalismo e inculcó, los totalitarismos y
extremismo… Si hay duda, miren a Europa y vean el crecimiento de la Sra. Le Pen
en Francia, los últimos resultados en Austria, los sondeos en Alemania o en
Suecia y mucho más, que pueden encontrar en los Medios de Comunicación. Por
cierto el Reino Unido, esta a punto de hacer el desembarco, según los sondeos
de los medios ingleses y el dólar se fortalecerá, con respecto al euro y unos
voceros en campaña diciendo por un lado que hay que pactar y otros que bajaran
los impuesto, permítanme que diga, sin rayar la ordinariez que estos
correveidiles del capital, lo que se bajan son los pantalones ante la Europa de
los mercaderes.
Cecilio Urgoiti
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