Sin pelos en las teclas: Soy un ensayista de la realidad política, un periodista sin pelos en las teclas, luchador de mil batallas. Hago política, con el certero objeto, que otro no la venga hacer por mí, sino, la hagamos todos juntos. Defiendo la democracia participativa y entiendo como republicano convencido que soy, que solo se da la democracia real en la República. Así mismo, creo en la autodeterminación de los pueblos y a mi no me importa que los demás, se salgan con la mía.

miércoles, 8 de junio de 2016

La UE se quita el antifaz
Pensar sobre la situación social, la libertad de expresión y profundizar en el resurgimiento de una ideología política, que entendíamos erradicada en su totalidad, tras aquella II Guerra Mundial y con los actuales discursos, que tenemos que asociar, indiscutiblemente a “la noche de los cristales rotos” preámbulo de aquella atroz guerra, impulsada por el nazismo y segundada por la ideología de corte paralela, el fascismo y sin olvidar la complicidad de la España franquista y la benevolencia vaticana, en esta Europa, cada vez más seudo-democrática, nos lleva forzosamente, a una inexorable preocupación, que ha de llevarnos, sin remisión de causa, a un cambio de rumbo, en las políticas actuales o a una repetición de la jugada, como si tuviéramos una moviola, que albergara en su interior, una cinta de la historia. Aquel inhumano desastre, teñido con tanta sangre, que nos hace temblar de terror. Paralelamente y como consecuencia de ello, estamos volviendo a los tiempos, en los que, por razones de igual índole, se vuelve ha hacer, evidente la ausencia de todo derecho, es decir, desde la carencia de la libertad de expresión, hasta peor aun, la ausencia de pensamiento propio, con un certero objetivo, inculcarnos el pensamiento único y doblegar la voluntad.
En ese contexto y mirando hacia algunas décadas del siglo pasado, marcadas por periodos gubernamentales, de corte totalitaria, nos han de ser recordadas, por la carencia de la libre expresión. Solo siendo posible acceder, a través de diferentes canales, promovidos por las altas esferas del poder político dominante, desde donde se suministraba la información más cercana, a dicho pensar. Aquellas eran décadas que deterioraban la escasa vida democrática, la cultura política y el desarrollo intelectual del país y, en las que una parte, de la prensa, de la “opinión pública,” de las artes, de las letras, de las manifestaciones, se volvieron oficiales y por sobrevivencia alinearon su discurso al de un régimen que no respetaba, las voces disidentes.
Tiempos en que criticar, parodiar o exhibir la corrupción de la clase política, por cualquier medio de comunicación, fundamentalmente la prensa escrita, pues en esa época era casi la única y predominante, la radio era sumamente fácil de controlar, la televisión, si la había, estaba en pañales, las carpas teatrales y el cinematógrafo, conllevaba, en el mejor de los casos, a la cárcel de los osados y, en el extremo, a la misteriosa desaparición de los autores intelectuales o materiales de dichas expresiones. No obstante había quien a pesar de los riesgos, expresaba su pensamiento, más que como en un ejercicio de derecho, como una manera de ofrecer resistencia ante al “sistema,” palabra esta, que era de uso bastante recurrente, para hablar del mismo.
Épocas que entendíamos que ya, haber sido superadas, de repente, en un abrir y cerrar de ojos, ha surgido la tentación de imponer, primero discretamente, algunos límites a la libertad de expresión, sin darnos cuenta y muy pausadamente se va obviando la información hasta alcázar con poco tiempo, la hoy Ley Mordaza, exponente de corte fascista y anticonstitucional, con una constitución, como la del 78, que bordea la División de Poderes, eje de la vida en democracia, democracia que ha de ser participativa, dejando claro, que nadie ha de actuar en representación de nadie.
Los nuevos aires que hoy empiezan atosigando a España, no solo son en el ámbito territorial nacional. Vienen y van por toda la Unión Europea, fruto de ese neoliberalismo, que se ha ido implantado en todo el territorio europeo, con algún que otro disfraz, pero se ve venir, tras ello, una corriente populista, que me permito recordar que es la antesala de aquel romanticismo que desembarco en un nacionalismo e inculcó, los totalitarismos y extremismo… Si hay duda, miren a Europa y vean el crecimiento de la Sra. Le Pen en Francia, los últimos resultados en Austria, los sondeos en Alemania o en Suecia y mucho más, que pueden encontrar en los Medios de Comunicación. Por cierto el Reino Unido, esta a punto de hacer el desembarco, según los sondeos de los medios ingleses y el dólar se fortalecerá, con respecto al euro y unos voceros en campaña diciendo por un lado que hay que pactar y otros que bajaran los impuesto, permítanme que diga, sin rayar la ordinariez que estos correveidiles del capital, lo que se bajan son los pantalones ante la Europa de los mercaderes.
Cecilio Urgoiti   


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