Sánchez y su cambio
¿Qué cambio…?
No debemos seguir
la consigna que nos lleva a la preocupación, no debemos alarmarnos por el
momento e incluso, nos tiene que dar lo mismo, si hay o no hay un gobierno.
Tampoco puede valer de escusa, tal patraña sin sentido, para ocultar la
actitud, golfa, trilera, xenófoba y muy vergonzante, que unos representantes,
que sí pusimos, algunos de nosotros, con agrado y otros no, al igual que los
que hoy están en nuestro Parlamento. Hagan, los primeros, lo que quieren y
vendan seres humanos a países de dudosa reputación, en materia de derechos
humanos, cacareado por ellos mismos, como argumento para impedir que ingresen
en Europa. Y los segundos, se escuden en elecciones o pacto y no actúen, como
deberían haber hecho ya… Están a la sopa boba, como si al llegar allí,
alcanzaran el objetivo y la solución… Me atrevería a decir que se estan
convirtiendo en más de lo mismo.
Señores, hoy
aspirantes a diputados, me dirijo al menos a esos, que tanto hablan del
puñetero cambio. ¿Qué es eso del cambio que anunciáis y solo os movéis entre
bambalinas, de silla en silla y de plató en plató? Eso es estar en plena
campana y la canalla poniendo el cazo. Cambien de una vez, esa heredada
constitución, que es continuidad del franquismo, repitan las elecciones y
háganlo como preámbulo de unas Cortes Constituyentes y exijan, al que hoy esta
en funciones que cese en toda actividad y que coja de la mano a Fernández Díaz,
Montoro y al resto de la banda y se vayan a Soto del Real, eso si, no te
olvides de la niña, si hombre, la Soraya, que en un debate, una noche de gloria,
te dio…
Si continuamos con
esta pasividad, si seguimos así nos convertiremos es estatuas huecas y vacías
de toda inspiración humana, que solo representa a la quietud. Si continuamos
así, nos ocurrirá lo que cuenta el famoso poema de Martin Niemöller, achacado
erróneamente a Bertolt Brecht, pero, de uno o de otro el sentido es el que es
y, ha de servir para abrir muy bien los ojos y ver donde estamos.
“Primero vinieron a
buscar a los comunistas y no dije nada porque yo no era comunista. / Luego
vinieron por los judíos y no dije nada porque yo no era judío. / Luego vinieron
por los sindicalistas y no dije nada porque yo no era sindicalista. / Luego
vinieron por los católicos y no dije nada porque yo era protestante. / Luego
vinieron por mí pero, para entonces, ya no quedaba nadie que dijera nada".
Entiendo que
conseguimos quedarnos quietos, pero eso hace mucho tiempo que lo llevamos
haciendo, tal vez, por cambiar al menos nosotros, ya que esos no lo hacen, con
el fin de experimentar lo que nuestros antepasados, el día que se levantaron,
para defender la República y, de esa forma, pagar la deuda que con ellos
tenemos. Además tendríamos que salir victoriosos de este necesario cambio y con
él, exigir y demostrar a Europa que hay valor y fuerza tras los Pirineos.
Ciertamente lo que nos queda es la Mordaza y esa, ya nos la colocaron en forma
de ley. Tal vez estemos a tiempo para provocar el cambio, pero ha de ser el
pueblo, con el pueblo y para el pueblo. Lo que no queremos es encambio, cínico
que lleváis anunciando, primero de mano de González, después el Zapatito y
ahora tu, Pedro, por segunda vez en menos de un año. Te recuerdo que la noche
del domingo tendras a los “barones t a la baronesa, con los dientes y los
cuchillos afilados.
Salud, República y
Laicismo
Cecilio Urgoiti
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