Confianza de republicano. Un corto bosquejo de Indalecio Prieto Indalecio Prieto, periodista y político
español nacido en Oviedo, fue un hombre hecho así mismo. Hombre de procedencia
humilde, estudio en un centro religioso protestante, muy pocas de estas
escuelas habían en España, pues la religión oficial, la católica influía ante
el rey o los mandatarios para impedir la proliferación de centros educativos de
carácter evangélicos, persiguiendo a los docentes de esa condición y a las
iglesias que las patrocinaban. Fue Indalecio, lo que sin animo a equivocarnos,
un autentico autodidacta. La situación familiar y económica, le exigió ir a
trabajar desde muy joven, sin hacerle asco a nada. Trabajó, en muy diversos
oficios. Permítanme que destaque de su
iniciación laboral, el trabajo como taquígrafo en La Voz de Vizcaya y tiempo
más tarde como periodista, entró en El Liberal, del que con el tiempo llegó a
ser director y dueño.
Durante la II República llego a ser Ministro
de Hacienda en el año 1931, y de Obras Públicas hasta 1933. “Como titular de
Hacienda, le deben los madrileños la firma de la entrega de la Casa de
Campo al Ayuntamiento de Madrid, para uso y disfrute de los vecinos.” Un acto
que dice mucho de esos gestos que los gobiernos comprometidos con la sociedad,
saben hacer y que tendríamos que compararlos, con lo ocurrido en los últimos
cuarenta años, obviando como obvio, la dictadura franquista, lo que se ha hecho
con todo lo que fuera patrimonio del pueblo y que sin pudor han vendido y
dilapidado, bajo el absurdo epígrafe de “Patrimonio del Estado.”
Pero en este retazo republicano
traemos a Prieto con una anécdota del Congreso de los Diputados, donde
protagonizó cuando discutía, con la pasión que le caracterizaba, los
presupuestos del Gobierno de Lerroux. Según se recoge en el libro “Se abre
la sesión” el periodista Luis Carandell. Apuntaba el político a una cita
bíblica que había hecho el ministro de Hacienda, y en respuesta le dijo: “Su
señoría confunde, dos episodios bíblicos: cuando Pilatos se lavó las
manos y cuando Jesús lavó los pies a los apóstoles. Y he de decir que
comprendo su confusión, porque el presupuesto está hecho con los pies”
Prieto fue un socialista y un
republicano de profundos ideales y de comprometida lealtad a ambas
instituciones, mi aseveración, la sustento en el estudio de su trayectoria
política y social. Fue uno de los asistentes a la reunión del que luego se
llamó Pacto de San Sebastian, cosa que hizo a titulo personal, sin perder la
convicción de socialista, pero haciendo prevalecer su ideario republicano, como
quedo patente con este acto.
Salud, República y Laicismo.
Cecilio Urgoiti
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